…cuando se habla de que la fe mueve montañas, no exactamente se refiere a una fe religiosa, se refiere al sentimiento y ganas en querer conquistar una meta cueste lo que cueste, y en tener ganas e ilusión por caminar cada día un poco más lejos, en intentar querer ser mejor triatleta día a día con los ingredientes básicos que todos disponemos pero pocos utilizamos, esfuerzo y constancia, por que pocas veces aplicamos ambos ingredientes de forma conjunta.
…en ésta vida todo tiene un retorno, o por lo menos es mi forma de pensar, y es que el “efecto boomerang” es universal, y si tu lanzas esfuerzo, ganas, ilusión, trabajo, sacrificio, más tarde o más temprano, dependiendo de algunas circunstancias, al final ese boomerang que viene hacia ti vuelve cargado de cosas buenas, de grandes recompensas, de grandes beneficios, que son consecuencia de todo lo que uno haya podido “sembrar”.
…la historia en particular que nos atañe precisamente ahora, es la de el chaval con mayor ilusión que he visto por practicar triatlón, por machacarse día a día hasta el punto de tener que hacerlo parar un par de veces por que el mismo ” se pasaba de vueltas”, pero que este ansia y este hambre de éxito individual de superación, lo ha llevado, en 18 meses, de estar postrado en la cama de un hospital, tras un gravísimo accidente de coche, y tener que ser operado de múltiples traumatismos entre ellos, en la columna vertebral, a colarse en un podium en un triatlón el fin de semana pasado en Formentera, siendo 2º en el triatlón sprint.
…si bien yo siempre hago mención a la importancia del proceso y no del resultado, al disfrutar del camino y de que la competición es un punto y final, en este caso se han cumplido ambos “targets” proceso y resultado, que han llevado a un estado casi de “nirvana” a éste apasionado por el triatlón como muy pocos.
..mi más sincera enhorabuena y la de todo el grupo, por tu gran capacidad de recuperación, de superación y de esfuerzo que nos has demostrado día a día, alegrando muchas tardes y mañanas de entrenamiento.